“No existo” tuvo sus dificultades. Todo comenzó hace mucho tiempo con una melodía que resonaba en la cabeza de Dante. Una melodía intuitiva y sencilla. Hacía tiempo ya, Hugo había abandonado esa idea musical como proyecto. Tanto quizá, que ya no se la tenía en cuenta cuando llegaba el momento de crear, a eso de las cuatro de la madrugada.
Quizás un año después, Dante retomó la idea. Tenía propuestas bastante completas para modificar y corregirla. Le dio un carácter totalmente distinto; intenso, imponente. Cargado de momentos macabros y alocados. Incluso agregó una demencial introducción que llevó a todos al pensar que ese sería el tema que abrirá el primer disco (y así fue). Todavía faltaba la letra.
En una de esas juntadas nocturnas, Hugo, Dante y Ángel conversaban esperando el sueño, sobre un tema que daría pie a su realización. La situación era propicia para imaginar. Acostados en los colchones tirados en el piso de la cocina, escuchando la lluvia a través de la ventana.
Conversaban sobre la dependencia en las relaciones. Sobre el frágil hilo que separa un amor de una obsesión mortífera. Sobre el miedo a la soledad que lleva a algunas personas a bancarse la violencia. De esa conversación surgió una de esas patéticas conclusiones filosóficas que tuvimos todos a la edad de 16, que nunca lograron cambiar nuestro estilo de vida pero que siempre intentaron ayudarnos ante la incertidumbre: Ante la violencia, el amor deja de existir. Lo que queda son inseguridades. Lo que resta es miedo.

¿SOY SIEMPRE LO QUE QUIERES VER?
Al final, no existo y soy solo un sentimiento más.

Solo quedaba darle rima y tenemos la letra de nuestra canción. No era un buen momento para dormirse. Del microondas enseguida salía el pochoclo casero y la computadora ya estaba encendiéndose. Así que el resto de la noche nos pusimos a escribir entre todos, una letra que cuestionaría esos amores como reales y los reduciría a “solo un sentimiento más”.
Como resultado conseguimos esta canción cargada de locura y con un mensaje que trasmite nuestra reflexión de ese momento sobre el amor, la dependencia y la violencia.